Todas direcciones.

Siempre hay alguien que daría su vida y mil más por estar a tu lado.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Y yo te decía.

Ella esperaba con impaciencia a que cesase el continuo pitido que emitía el altavoz.
Él, al otro lado de la calle, oía sonar su teléfono móvil.
Ella tiembla. El número marcado no puede atenderle en este momento, por favor, deje su mensaje después de la señal.
Él cierra los ojos y...
-Joder... Otra vez, otra vez igual... FELICIDADES. Felicidades campeón, lo has conseguido, has conseguido lo que tanto tiempo llevas buscando. ¿Qué? Querías librarte de mi, ¿verdad? Que tú te libraras de mi... Tal vez... Eso era lo que querías, que yo me hartase, porque ya no había más que hacer conmigo y porque ahora la tienes a ella. Un juguete nuevo, coleccionista de corazones solitarios, de besos inocentes. Eso es lo que eres. Sí, un eterno enamorado de tus labios. Corazones que prueban el amor por primera vez, de esos que son más fáciles de alcanzar porque para ellos no hay más que lo que ven. Ignorantes. Corazones ignorantes... E idiotas incapaces... Como el mío. Como yo. Y yo te amé, te juro que te amé con todo el alma, como si ya no huibiese más que tú y nosotros. Más de lo que tú jamás lo hiciste. Te juro que me reiría si el día no lloviese como hace hoy... Como cuando te ibas y nos dejabas. Nos dejabas a mi y a mi corazón hechos pedazos con cada gesto violento que dabas. Cada sacudida convertida en huracán. Que arrasaba con todo. Con nosotros y contigo. Te llevaba... Te arrastraba... Y tú decías que no había más que yo en el mundo, porque no lo había, que sólo yo conseguía el cielo y sin miramientos, te lo regalaba. No entiendo por qué lo hacías... Sin que tú me lo pidieras. Y me mirabas y me preguntabas el por qué... Y yo te decía... Yo te decía...
Ella cuelga.
+ Calla y bésame.

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